24.5.17

El Estado se reconoce incapaz de frenar el adoctrinamiento separatista

El Estado español se da cuenta de todo tarde. Cedió alegremente la competencia de educación a Cataluña y como efecto boomerang se vuelve contra ellos de forma casi irreversible, salvo un milagro. Ya no hay quien frene a la bestia. El ministerio de Educación reconoce no poder actuar de oficio frente al proceso de ingeniería social nacionalista vigente desde hace décadas en Cataluña. La voz de alarma la ha dado un sindicato de profesores.

 Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario de Ciudadanos, denunciaba en Las Cortes y ante el ministro de Educación que en los libros de texto catalanes “se resalta lo que nos diferencia, se oculta lo que nos une y se presenta a Cataluña como una entidad separada de España, en muchos casos enfrentada. Una nación es una trama de afectos y esos afectos se están diluyendo”.

 La polémica ha surgido como consecuencia del informe que el sindicato catalán de profesores AMES ha elaborado y en el que se analizan los manuales de Ciencias Sociales de 5º y 6º de Primaria de las siete principales editoriales que se distribuyen en Cataluña. La conclusión, después de presentar numerosos ejemplos, es lapidaria: los textos que manejan los alumnos incurren en “planteamientos ideológicos partidistas” y “tendenciosos”.

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